Sara acababa de encontrar un trabajo de dependienta para los fines de semana en una tienda de deportes de Valdemoro cuando comenzó la fiebre. Llevaba dos días en su nuevo puesto y el sábado 23 de enero, por la mañana, se levantó con 38º de temperatura y vómitos. Vive con sus padres y su abuela de 84 años. “Fuimos directos al hospital para hacerle las pruebas del covid-19”, cuenta su madre.
Esa misma mañana, Sara avisa a su jefa de su posible positivo en coronavirus. Por la tarde llega a casa. Debe esperar en su domicilio y aislada a que le den los resultados de la PCR para evitar la posible propagación del virus. Hasta que la prueba demuestre lo contrario, es un riesgo potencial. Para entonces la empresa ya le había escrito varios mensajes exigiéndole los resultados. “Estamos en un sinvivir con los horarios”, le dice su jefa a Sara.
Sara se ofrece voluntaria a recuperar los días que ha perdido. “En cuanto me den el resultado, si es negativo, estoy allí enseguida”, asegura Sara a su jefa. El sábado, a las nueve y media de la noche, Sara vuelve a recibir un mensaje “¿Sabemos algo ya?”.
Tas varios mensajes de inquisición las pruebas llegan finalmente el lunes, cuando desde el hospital confirman a Sara que es negativo. “Genial, así puedes sustituirme el lunes”, le dice su jefa. Sara le explica que no puede trabajar los días de diario por sus estudios. A mediodía, Sara le envía el permiso de 48 horas que le ha preparado su médico de cabecera y la baja y el alta por los días de fiebre.
Sin embargo, el martes por la tarde, la jefa de Sara le dice que tiene que hablar con ella urgentemente: le rescinden el contrato, no ha superado el periodo de prueba.
Aunque su madre es consciente de que, técnicamente, no ha sido un despido ilegal, ha decidido denunciar el caso de su hija a través de Twitter. “De entrada es vergonzoso por el acoso constante que recibió desde el día que notificó que estaba mala. Sé que no hay nada que hacer porque cuando estás en periodo de prueba desgraciadamente te pueden despedir cuando quieran, así funcionan nuestras leyes. Pero me parece muy injusto”. En las últimas semanas, muchos ciudadanos han compartido testimonios de situaciones similares a la Sara.
Fuente: zigzagdigital.com
