Las 72 horas que revelaron el estallido del coronavirus en Valdemoro: "Fue un tsunami"



Gonzalo: "El 20 de febrero fui al médico y me dijo que esto era una gripe. Me recetaron un jarabe"

María, médica del hospital: "Cuando me fui el viernes había 20 ingresados, el lunes ya eran 50 o 60".

Héctor: "Dejamos a mi padre en el hospital y nos dijeron, mañana venís a recogerle. Al día siguiente, había estallado todo esto, ya no nos dejaron pasar"



El hospital Infanta Elena de Valdemoro queda al borde de un descampado que se pierde en el horizonte mesetario. Un paisaje tan alejado en geografía y espíritu de la Wuhan china que hace un año nadie podía imaginar que se vería desbordado en tan sólo una semana por el foco explosivo de coronavirus que estalló en el centro de mayores de esta localidad a 30 kilómetros de Madrid.

No se lo podía imaginar Gonzalo -86 años bien llevados- cuando empezó a sentirse mal: “El 20 de febrero yo me fui al médico de cabecera y me dijo que esto era una gripe. Unos días después me vio otro y me recetó un jarabe”, recuerda mientras deambula por el hoy solitario parque Duque de Ahumada donde se encuentra el centro municipal de mayores que sigue cerrado un año después.

No se lo podía imaginar María, médica en el hospital de Valdemoro: “Todos lo veíamos como lejos. El lunes 2 de marzo nos informaron del primer positivo, pero tampoco éramos conscientes de lo que se nos venía encima”. Todo cambió una semana después: “Cuando me fui el viernes, teníamos cuatro pacientes en UCI y otros 16 en planta. Pero ese fin de semana nos explotó. Al volver el lunes 9, ya eran 50 o 60. Fue un tsunami”.

No se lo podía imaginar el alcalde de Valdemoro, Sergio Parra. “¿De todos los sitios va a tocar aquí?”, repite recordando la incredulidad de aquellos momentos: “Fueron días de tensión y desconcierto. Fue muy duro ver cómo estaba Valdemoro, que el hospital se estaba colapsando".

No se lo podían imaginar Jesús, voluntario de ajedrez en el centro de mayores. Pasó una semana con fiebre en casa sin querer ir al médico –“en febrero, toda la gente mayor pasa la gripe, ¿no?”, dice Mari, su mujer. Hasta que una amiga de la familia les llamó desde el centro de mayores preguntándoles por su padre. Había otros casos como el suyo, dijo. El 2 de marzo ingresó en el hospital de Valdemoro. Seis días después, para liberar camas, le trasladaron al de Móstoles. Pasó cuatro semanas hospitalizado.

No se lo podía imaginar Héctor cuando el jueves 5 de marzo llevaron a su padre al hospital “porque había pasado una mala noche y se encontraba fatigado”. Pensaron que sería un episodio momentáneo de hipertensión, como en ocasiones anteriores. A sus 81 años, Julio era una persona “muy activa, muy deportista”, aficionado a largas caminatas y visitante habitual del centro de mayores de Valdemoro.

“En el hospital nos dijeron: le dejamos ingresado y mañana por la mañana venís a recogerle”, recuerda. “Al día siguiente me presenté a primera hora y ya fue cuando saltó todo el tema este. Me dijeron: no puedes pasar. Ha habido casos de covid, estamos haciendo pruebas a todos los pacientes para aislarlos. Y ahí ya fue cuando estalló todo”.

Salta la alarma en Valdemoro

La tarde anterior, el jueves 5 de marzo, había fallecido una persona de 76 años que también frecuentaba el centro de mayores de Valdemoro. Fue la segunda muerte por covid en Madrid y la cuarta en España. Otras 16 personas habían dado positivo, cuatro de ellas estaban en la UCI. Estas cifras apenas eran el pico visible de una explosión que venía gestándose desde tiempo atrás.

“Todo esto empezó con un viaje en febrero a Italia e algunas personas que venían por aquí”, dice Gonzalo, un habitual del centro. “No se sabe por dónde pudo llegar, todo son rumores”, zanja el alcalde. “Salud Pública no estaba preparada para investigar los contactos estrechos”. La Dirección General de Salud Pública de Madrid no ha respondido a las preguntas de NIUS sobre lo ocurrido aquellos días en Valdemoro.
 
5 de marzo, 2021
homenaje a los socios del centro de mayores de Valdemoro fallecidos de covid

1 de marzo, primer positivo en el hospital

Nadie encajó el puzle de lo que parecían catarros y gripes invernales de gente mayor sin una aparente conexión entre sí. Nadie conectó la línea de puntos hasta que llegaron los primeros casos graves al hospital. Los leves se quedaban en casa o no pasaban del médico de familia hasta que los síntomas empeoraban súbitamente y les costaba respirar.

"Todo el mundo pensaba que esto era un catarro, los médicos no lo relacionaban con China. Al final yo mismo fui al hospital y allí me preguntaron si iba al centro de mayores”, recuerda Gonzalo. Allí le confirmaron que tenía una enfermedad que hasta entonces sólo había visto en las noticias sobre China: covid-19.

Fue el 1 de marzo cuando en el hospital detectaron su primer positivo, pero aún se tardaría 72 horas en vincular todos estos casos aislados con el centro municipal de mayores de Valdemoro. “Hasta la tarde del 4 de marzo no tenemos el primer caso que sale del centro, cuando una persona se pone mala, acude una ambulancia y se lo lleva al hospital”, recuerda el alcalde.

Cuenta que una hora avanzada de esa noche deciden que hay que cerrar el centro. Asó lo ordenó al día siguiente Salud Pública de Madrid. Fue tan repentino que nadie avisó al panadero. La imagen de la barras de pan abandonadas a la puerta del centro protagonizó los informativos del 6 de marzo.

Las barras de pan a la puerta del centro de mayores, así lo contaron los informativos.

Un centro de mayores popular y muy activo

Desde hacía días, el coronavirus se estaba propagando como una bomba invisible por Valdemoro. El centro de mayores actuó como centrifugador del contagio. Según fuentes del ayuntamiento, unos 3.000 inscritos acudían regularmente a este centro, el único de una localidad que rebasa los 80.000 habitantes.

“Los jueves con el bingo aquí se podían juntar 500 personas”, comenta Gonzalo. Una más de tantas actividades como las clases de guitarra, baile de salón, pilates, taichí, costura o informática que se desarrollaban en este centro de unos 2.400 metros cuadrados situado en el centro de Valdemoro. “Mis padres iban habitualmente al centro, unos días a comer, y mi madre creo que bailaba sevillanas”, cuenta Héctor.

El sábado, dos días después de ingresar, trasladaron a su padre al Hospital de Collado-Villalba porque el de Valdemoro empezaba a saturarse. Al hablar con otros familiares de enfermos se dio cuenta de que “todos venían de Valdemoro y todos tenían relación con el centro de mayores”.

Simón: "La palabra avalancha es un poco excesiva"

Ese mismo día el coordinador de emergencias sanitarias, Fernando Simón, huyó de cualquier alarmismo porque “casi todos los casos están asociados a grupos identificados”. Cuando una periodista le preguntó por la “avalancha” a la que se enfrentan los sanitarios en algunos hospitales, Simón replicó: “Si se fijan en los datos, quizá la palabra avalancha es un poco excesiva, tratar de magnificar algo con palabras que no se ajustan a los datos es un poco peligroso”. Los datos de ese día registraban 441 casos confirmados y 8 fallecimientos en todo España. Era el 7 de marzo.
 
Uno de los salones del centro de mayores de Valdemoro en 2017.

María, especialista en el hospital de Valdemoro, recuerda la despreocupación que encontraba al hablar con compañeros de otros hospitales en esos primeros días: ”Seguían a lo suyo, con su actividad normal, como si no fuera con ellos, cuando en el nuestro ya estaba todo del revés”. Tampoco fue fácil que acogieran a sus enfermos en otros centros cuando se vieron sobrepasados. El de Valdemoro recurrió a otros hospitales públicos, como el de Collado-Villalba o Móstoles, gestionados por la misma compañía privada, Quirón Salud.
 
Un hospital invadido por el covid

En esas primeras semanas de marzo, los casos covid devoraron con rapidez una tras otra el bajo y las dos plantas de este centro sanitario. “Habría más de 200 en un hospital que tenía, de entrada, ocho camas de UCI y unas 110 en planta”, precisa María. “Quedó el búnker de ginecología, totalmente aislado y limpio. El resto, todo era covid. Debía haber algunos que no fueran covid, claro, pero ya ni recuerdo dónde podían estar”. El escenario de guerra clínica se prolongó semanas. “Dabas un alta y entraba otro, otro alta, otro ingreso y así hasta la segunda semana de abril”, recuerda.

Nadie ofrece una cifra oficial del impacto en el centro de mayores. Algunos medios locales hablaban de 71 fallecidos y más de 200 contagios. Pero no está claro cuántos tienen relación con el brote o cuántos no han sido detectados porque fueron a otros hospitales. “En mayo nos informaron en el ayuntamiento de 70 fallecidos en todo Valdemoro, 41 en el centro de mayores y la residencia, a partir de ahí ya no tuvimos más datos”, cuenta Javier Carrillo, concejal de Más Madrid.

“No es que ocultásemos datos, es que no los teníamos”, dice el alcalde Sergio Parra, de Ciudadanos. Hicieron todo lo que estuvo en su mano y pidieron ayuda, asegura. El lunes 9 de marzo le llamó el ministro de Sanidad, Salvador Illa. ¿Y qué le dijo? “Que confiara en las instituciones sanitarias y en el Gobierno”.

Hospital Infanta Elena de Valdemoro.

Fiscalía: 30 murieron en la residencia por la saturación hospitalaria

La Fiscalía acaba de archivar la denuncia del concejal de Más Madrid por gestión negligente de otro de los brotes iniciales, el de la residencia de ancianos municipal de Valdemoro, Nuestra Señora del Rosario, gestionada por la empresa DomusVi. A diferencia del centro de mayores, la residencia está a unos 10 minutos caminando del hospital, pero en aquellos días la distancia fue insalvable. Entre la prosa de la Fiscalía se vislumbra el desbordamiento y la devastación de la primera ola.

En el pico de la pandemia, anota la fiscal, 37 ancianos fallecieron, la mayoría en la residencia, sólo 7 fueron derivados a un hospital. “Durante el punto más crítico de la crisis sanitaria, con la saturación del sistema de salud, las derivaciones hospitalarias de los residentes eran denegadas, pese a las solicitudes e intentos realizados desde la residencia”. La congestión de los servicios funerarios también provocó demoras en la retirada de los cuerpos “aún en estos casos el tiempo máximo que uno permaneció nunca superó las 30 horas”, anota la Fiscalía.

En la misma calle de la residencia, Héctor recuerda ahora en su casa las largas esperas, “a veces de más de un día”, a las puertas del Hospital de Collado-Villalba:

“Cuando podían los médicos salían y nos contaban, decían: 'Familiares de Julio Ruiz...'. Un día ya estaba fatal y nos dejaron entrar a verle. Nos pusieron muchísimas pegas, pero yo creo que le veían tan mal que, para que pudiésemos despedirnos, abrieron un poco la mano. Le vimos desde la puerta con equipos de protección, gafas, guantes... Ya apenas respiraba. Al menos pudimos despedirnos, los que vinieron después ya ni eso”.

Julio falleció en la madrugada del 16 de marzo. Hacía tan sólo unas horas que España había entrado en un estado de alarma y confinamiento estricto. Aquello era sólo el principio de la pesadilla. Vendrían los días y noches más duros y tristes de la pandemia. Y al menos otros 70.000 muertos.







Fuente: niusdiario.es

Un vecino de Valdemoro lidera el encierro en un tren de la línea C-3: “No nos dejaremos pisar”


La noche del pasado 20 de octubre un grupo de ciudadanos, liderados por un vecino de Valdemoro, se encerró en uno de los convoyes de la línea C-3 de Cercanías Madrid hasta las cuatro de la mañana reivindicando un trato justo.

A las 23.00 horas del 20 de octubre, los cerca de 250 pasajeros de uno de los últimos trenes con destino Aranjuez son informados de que hay retrasos en el servicio de trenes de hasta 45 minutos. El motivo de los retrasos, que no fue comunicado hasta más de una hora después, se debía al arrollamiento de un ciudadano en las vías. “Cerca de la una de la mañana, en la estación de El Casar, no dicen que nos cambian de tren para llevarnos a casa. Una vez hecho el cambio, nos obligan a bajarnos de nuevo del convoy porque se nos informa de que el tren en el que nos acabamos de subir va en dirección contraria a la nuestra, con destino Chamartín. Nos quedamos allí, en la estación de Getafe, sin más respuestas hasta que media hora después el maquinista nos dice que en ningún caso va a pasar un tren con destino Aranjuez por la estación, que nos bajáramos y buscáramos por nuestra cuenta una forma de llegar a nuestras casas”, explica Sergio García, vecino de Valdemoro. “En ese momento me planto y le digo al maquinista que no nos vamos a mover de ahí hasta que no nos den una solución de transporte”, cuenta Sergio. Él decide entonces bloquear las puertas del tren para que no pudieran cerrarse, impidiendo que pudiera retomar el viaje hasta Chamartín.

“Como única solución nos dicen que pueden dejarnos en Atocha. Yo vuelvo a insistir en que RENFE debe darnos un transporte alternativo hasta nuestros destinos o, si no, no permitiría al tren continuar su camino”. Tras momentos de tensión, en los que el maquinista trata de activar el cierre automático de las puertas pese a que los pasajeros estuvieran bloqueándolas con sus cuerpos, y ante la llegada de la seguridad de la estación y miembros de la Policía Nacional, el resto viajeros comienzan a apoyar públicamente y unánimemente a Sergio. “Sobre las dos de la mañana la situación se puso muy tensa, empezaron a darnos empujones para sacarnos de las puertas del tren. Entonces fue cuando un montón de viajeros se echaron encima. No nos queríamos quedar tirados: ni allí, ni en Atocha, ni en ningún lado”, narra el valdemoreño.

Pese a la amenaza policial avisando a los viajeros de que estaban cometiendo un delito por interrumpir la circulación de trenes por la que iban a ser denunciados, la presión ciudadana del grupo consiguió que finalmente RENFE diera su mano a torcer y pusiera, a las tres y media de la mañana, un servicio de autobuses que dejó a todos los viajeros en sus destinos.

“Esto solo pasó gracias a la lucha que hicimos entre todos”, escribe Sergio en el post que ha publicado en redes sociales narrando lo ocurrido, y acompañado de vídeos, donde pide difusión para que “esto no le vuelva a pasar a ningún viajero”. “Que esto sea un ejemplo de lucha hacia contra todas aquellas personas que nos querían dejar tirados, hagamos que se les caiga la cara de vergüenza y que recapaciten. No nos dejemos pisar”.

El texto de Sergio ha recibido el apoyo de numerosos vecinos de Valdemoro y de otros municipios de la línea C-3 de Cercanías, como Pinto o Ciempozuelos. “Basta ya de abusos a los usuarios de la C-3”, “Muy bien, la unión hizo la fuerza, eso es lo que tenemos que hacer con muchas cosas. Ole y olé por vuestra constancia y no dejaros aborregar como nos están haciendo con todo”, “Te felicito por tu actuación, yo he vivido varias veces algo parecido” o “A ver si es verdad que empezamos a luchar por nuestros derechos. Un aplauso”, son algunos de las respuestas a la historia de Sergio que pueden leerse en redes sociales.

 

 


El Ayuntamiento de Valdemoro reduce su deuda financiera un 55% en 3 años.



La Junta de Gobierno Local aprobó el pasado 24 de octubre el pago de 8.031.842,66 euros al Banco Sabadell en concepto de amortización parcial extraordinaria del préstamo de más de 59,7 millones de euros, lo que supone una reducción de más de la mitad de la deuda financiera a largo plazo que el Ayuntamiento de Valdemoro ha contraído con entidades bancarias y que ahora se sitúa en 26.877.162,19 euros. La operación se realizará con el remanente de Tesorería del ejercicio 2021 que arrojó un saldo positivo de 30,8 millones de euros.

Este acuerdo de la Junta de Gobierno Local supone la materialización de la propuesta aprobada en la sesión extraordinaria del Pleno del 16 de junio de 2022 para destinar el 89% de los 30.799.878,82 euros de superávit resultantes de las cuentas municipales del año pasado, a rebajar el déficit financiero.

En total se asignaron a este fin 11.722.000 euros, de los que 3.691.000 euros corresponden al abono de la cuota anual del crédito y 8.031.842,66 euros serán un pago extraordinario con el único fin de amortizar parte del mismo.


De esta manera, el Consistorio pasa el ecuador de la deuda al situarla por primera vez por debajo del 50% del total, desde que en octubre de 2019 y siguiendo las directrices del Ministerio de Hacienda, la Administración Local valdemoreña reagrupó en un único préstamo todos los adeudos históricos que sumaban casi 60 millones de euros (59.701.065,68€).

Tras esta última amortización extraordinaria de más de ocho millones y siguiendo el calendario de pagos se prevé que en junio de 2028 Valdemoro pueda dar por cerrado su déficit financiero.

El descenso del importe del préstamo aún pendiente de pago tiene además otro efecto positivo sobre las arcas municipales y es que se rebaja en alrededor de un millón y medio de euros la cuota anual que el Ayuntamiento debe abonar a la entidad bancaria. Esta cifra pasa de rondar los seis millones de euros a situarse en torno a los cuatro millones y medio.




Fuente: Ayto. de Valdemoro

El feo panorama medioambiental de Valdemoro



Valdemoro debe experimentar un giro decisivo en su política medioambiental. Dos informes recientes obligan a tomarse muy en serio la creciente insostenibilidad de nuestro municipio.

El informe anual de calidad de aire de Comisiones Obreras (1) revela que fue el tercero más contaminado de Madrid en 2021. Por su parte, un estudio de Ecologistas en Acción lo sitúa igualmente en tercer lugar de la lista de localidades con mayor número de vertidos ilegales de la región (2). En resumen: pésima calidad del aire que respiramos e imparable proliferación de escombreras, muchas de estas acogiendo restos del peligroso fibrocemento.

Sobre terrenos valdemoreños se ensanchan asimismo los dos mayores vertederos ilegales del Sur Metropolitano: Los Blancares y Los Huertecillos. Y mientras Ud. lee estas líneas, un vertido tóxico procedente del polígono industrial Valmor habrá liberado cientos de litros de hidrocarburos, contaminando sin interrupción aguas superficiales y subterráneas en el límite con Ciempozuelos.

Amplía el inquietante cuadro la probable entrada en funcionamiento del nuevo crematorio del tanatorio municipal, en un entorno compartido por viviendas, centros escolares y zonas deportivas.

Nos hallamos, en suma, ante un aumento más que preocupante de situaciones que merman la salud pública y ambiental, contribuyendo a un notable deterioro de la calidad de vida de la ciudadanía.

Una ciudad que no para de crecer

El Plan General de 2004 sentó -en tiempos del “todo vale” alentado por la corrupción institucional- las bases del modelo expansivo de ciudad que padecemos, con unos enormes requerimientos de materiales, energía y territorio.

El desbocado crecimiento de la ciudad no invita desde luego al optimismo. Valdemoro superó recientemente los 77.000 habitantes censados (3). Los desarrollos urbanísticos en ejecución, y los que en adelante se iniciarán, supondrán un incremento poblacional muy notable. En este contexto, el aumento del parque automovilístico, y de las necesidades viarias a él asociadas, dibujan un escenario poco favorable, por ejemplo, a la reducción de las emisiones contaminantes.

Seguimos sin revisiones del Plan de Conservación y Fomento del Arbolado Urbano de 2012, que deben abordarse con una periodicidad no superior a cinco años. Cada estirón del ladrillo supone la eliminación de otro puñado de árboles añosos, concebidos como simples elementos portátiles o reemplazables por ejemplares incapaces de suplir el catálogo de beneficios al ecosistema que aquellos prestaban.

La fauna y la flora locales menguan a ritmo alarmante. A las continuas agresiones a espacios como la IBA 393 “Torrejón de Velasco-Secanos de Valdemoro” se suceden otras nuevas. El desmesurado espacio industrial previsto en la Ermita de Santiago asestará un golpe de gracia a nuestra biodiversidad. Sus más de 1.300.000 m2 engullirán un entorno de extraordinario valor paisajístico, ecológico y cultural. Las plataformas logísticas proyectadas harán necesaria la creación de más infraestructuras viarias, originando una densa circulación de vehículos de gran tonelaje que repercutirá muy negativamente en los ya críticos indicadores de calidad del aire.

Negligentes y negacionistas

Mientras, ¿qué hacen los responsables? El equipo de gobierno de Ciudadanos, no solo ha sido refractario a abordar la cuestión ecológica sino que ha desplegado una agenda de claro signo antiambientalista. Recuérdese el papel jugado por sus concejales en la obstaculización, o el abierto rechazo, de cualquier iniciativa basada en mejoras ambientales. Por no hablar del destino de numerosas mociones que, aprobadas en contra de sus deseos, duermen hoy en algún cajón del consistorio, en un flagrante incumplimiento de los acuerdos adoptados en pleno.

Para este giro que reclama Valdemoro urge que ciertas formaciones que se definen progresistas abandonen el negacionismo climático. Costará olvidar el disparatado pleno del pasado 25 de mayo que, antes de rechazar una propuesta tan apremiante como imprecisa de Más Madrid sobre refugios climáticos, brindó al portavoz socialista la oportunidad de frivolizar sobre los consensos de la comunidad científica. Semanas después de aquellas bochornosas intervenciones, Valdemoro viviría el día más caluroso desde que se tienen registros (4).


NOTAS
1- Informe sobre calidad del aire en Madrid 2021. CCOO (Abril 2022).
2- Vertidos ilegales en la Comunidad de Madrid. Ecologistas en Acción (Mayo 2022). https://ecologistasenaccion.org/193693
3- Los últimos datos disponibles del INE (2021) sitúan la población de Valdemoro en 77.587 habitantes.
4- https://zigzagdigital.com/art/25257/valdemoro-vivio-ayer-el-dia-mas-caluroso-de-su-historia





Fuente: ecologistasenaccion.org

Tercer puesto para dos vecinos de Valdemoro en la competición internacional HYROX



El pasado 15 de Octubre se celebró en Valencia el primero de los eventos internacionales de la temporada 22/23 de HYROX; es una competición que combina 8km corriendo con 8 ejercicios de fuerza y resistencia y que este año se celebrará también en Madrid (se celebra el próximo 26 de noviembre), Málaga, Barcelona, Bilbao dentro del territorio nacional y Nueva York, Birmingham y Las Vegas de forma internacional; y que como evento de la final en la competición se albergará en Manchester.


Se dieron cita varios atletas de distintas nacionalidades como de España, Italia, Portugal, Alemania o Inglaterra; entre ellos Nilton Monteiro Leal y Ángel García Mateo vecinos de Valdemoro quedando en el tercer puesto por parejas y clasificándose para la final de HYROX en Manchester el próximo 2023.


Ambos pertenecen al club deportivo VALDERUNNERS con sede de entrenamiento en CD EL RESTÓN y NILBOX, donde han realizado su preparación en unas instalaciones que cuentan con maquinaria totalmente renovada, clases colectivas, readaptación de lesiones deportivas y de un box para entrenamientos funcionales.


Mientras realizaron la competición grabaron con una cámara deportiva, realizando y editando un video posteriormente subido a YouTube a su cuenta VALDERUNNERS, que muestra el gran esfuerzo y duro trabajo que realizaron durante dicho evento: https://www.youtube.com/watch?v=r5dsAMkYzyM








Fuente: larevistadevaldemoro.com

Vecinos de Valdemoro rescatan un búho herido y a varios gatos encerrados en motores de coches


Los vecinos de Valdemoro han rescatado un búho herido en las calles del municipio así como a varios gatos callejeros que quedaron atrapados dentro de capós de coche durante el fin de semana.

En el primer caso, un vecino recuperó a la rapaz, que se encontraba en la zona del polideportivo Jesús España y estaba siendo atacado por otras aves.

La Policía local contactó con Brinzal, una asociación de defensa medioambiental sin ánimo de lucro dedicada al estudio y conservación de las rapaces nocturnas, para su recuperación y posterior introducción en su hábitat natural.

Por otro lado, un grupo de vecinos del entorno de la avenida del Mar Mediterráneo colaboraron con la Policía en el rescate de varios gatos que se encontraban atrapados en el interior de vehículos estacionados.

El rescate de uno de ellos, según la Policía, fue especialmente "complicado" y requirió de la intervención de los bomberos y de la localización del propietario del vehículo.









Fuente: telemadrid.es

Valdemoro recupera el ambiente que tuvo la villa en el siglo XVII

FERIA BARROCA


El Ayuntamiento de Valdemoro celebra la Feria Barroca tras dos ediciones suspendidas debido a la pandemia por covid-19. Entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre se van desarrollar acciones teatrales, títeres, cuentacuentos, pasacalles musicales, malabares, equilibrismo, espectáculos de fuego y exposiciones en el marco de un mercadillo compuesto por más de un centenar de puestos de artesanía y gastronomía, principalmente. El propósito de la decimoséptima edición de esta cita lúdica es divulgar el hecho histórico que supuso la concesión real en 1603 para organizar encuentros comerciales en la localidad.


Las plazas de la Constitución, del Esparto, de Autos y Nuestra Señora del Rosario, así como las calles Infantas y Doctor La Calle están ambientadas al modo del siglo XVII para acoger desde las 17.30 h. del viernes hasta las 22.00 h. del domingo la Feria Barroca, que cuenta con tenderetes con una gran variedad de productos, entre los que destacan la artesanía, la bisutería, la alimentación y la restauración. Además, se han instalado talleres de orfebrería, herrería, tarot, alfarería, coronas de flores secas, acuñación de monedas, caligrafía árabe, vidrio pintado, destilación de esencias, cinturones de cuero, garrapiñadas y horno de pan en los que se realiza el trabajo en directo y en algunos casos se muestran las herramientas y utensilios que se utilizan para la fabricación de sus piezas.

Más información en:

Feria Barroca de Valdemoro (del 30 de septiembre al 2 de octubre)