El Club Inter cumple 40 años metiendo goles en Valdemoro





Corría el año 1983. Felipe González afrontaba su primera legislatura con mayoría absoluta y los vecinos de Valdemoro estaban llamados a elegir al que sería su segundo alcalde de la democracia. En el solar en el que en la actualidad se levanta el parque de la Comunidad de Madrid, un grupo de jóvenes en situación de desempleo se reunía para matar el tiempo dándole patadas al balón, ajenos a que ese sencillo gesto de puro entretenimiento sentaría las bases del que hoy es el equipo de fútbol en activo más antiguo de la localidad, el Club Inter de Valdemoro.

En las cuatro décadas que han pasado desde esos primeros encuentros entre amigos, el fútbol se ha convertido en un deporte que mueve millones, protagoniza casos de corrupción y alimenta debates sobre consentimiento con escenas como la vivida en la final del mundial con el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. Y Valdemoro, localidad que vio nacer y crecer al club, ha pasado de ser un pueblo de apenas 14.329 habitantes a convertirse en una ciudad con 79.100 vecinos empadronados en 2022, donde la cantidad y calidad de instalaciones deportivas no ha crecido al ritmo al que lo ha hecho la población.

Al igual que sus amigos, en el verano de 83, Casildo Portugués (1964) era sólo un chaval de 19 años que no encontraba ninguna oportunidad laboral. “Nos gustaba mucho juntarnos para jugar y decidimos apuntarnos a un torneo de verano del Ayuntamiento, buscando un sentido al tiempo que pasábamos dándole patadas al balón. Pusimos cada uno 20 duros de las antiguas pesetas y pagamos unas camisetas”, recuerda el actual presidente del Inter de Valdemoro, el único de esos primeros jugadores que continúa al pie del cañón.

Para su puesta de largo como equipo escogieron el nombre de Interparados. “Todos estábamos en paro y en ese momento el Inter de Milán era el equipo que ganaba en Europa. Como color elegimos el naranja, porque sólo teníamos una equipación y así era más difícil coincidir con la de otro equipo”, continúa recordando Portugués en la sede actual del club frente al polideportivo del Restón.

Primera imagen del equipo, cuando aún se llamaba Interparados (1993),

Tras el éxito del torneo, el grupo se apuntó a las ligas locales de Valdemoro y Pinto, donde continuaron destacando y llegaron a ganar una copa que organizaba el diario As. Y fue en 1991, al comparar los gastos de volver a competir en los torneos con los que suponía federarse, cuando tomaron la decisión de empezar a jugar en tercera regional. “Subimos en ese primer año a Segunda, volvimos a bajar… Y alcanzamos la Primera Regional, división donde nos hemos mantenido durante años con jugadores del pueblo”.

La cantera nació con los primeros estertores del siglo XXI, cuando esos jóvenes de los inicios, que ya eran padres, empezaron a poner sobre la mesa la idea de crear algún equipo de niños en el seno del club. En frente, en pleno crecimiento de sus conjuntos inferiores, se encontraron la voluntad del Partido Popular de Francisco Granados de unificar el fútbol en Valdemoro, un escollo que no impidió que el Inter continuase su andadura, contando con un total de 27 equipos en la temporada que acaba de comenzar.

El sueño de su directiva es lograr tener un equipo en Tercera División —ahora llamada Segunda Federación—, categoría en la que militó durante doce temporadas el desaparecido Atlético de Valdemoro y que ningún equipo del municipio ha vuelto a alcanzar desde su descenso en la temporada 2001/2002. “Es una localidad que lo merece”, apunta Andrés Gómez (1959), compañero de lucha de Portugués como director deportivo del club, afincado en Valdemoro desde hace diez años. “He entrenado en Madrid, en Castilla La Mancha… Y nunca he visto un pueblo más complicado que este”.

Unas instalaciones que no están a la altura

La temporada pasada, la Real Federación de Fútbol de Madrid (RFFM) se vio obligada a tomar la decisión de cerrar el campo de fútbol del Restón ante el mal estado en el que se encontraba su césped artificial. Los desperfectos ya habían sido señalados con anterioridad por el propio Portugués, pero las medidas, como suele ocurrir en este tipo de situaciones, no se tomaron hasta que un niño se rompió la tibia al tropezar con las líneas desgastadas.

“Ahora se puede jugar con los arreglos que hicieron para volver a abrir el campo, pero sigue habiendo mucho por hacer. El otro día tuvimos una reunión con el concejal de Deportes y le señalamos los desperfectos y ciertas cuestiones que consideramos que deben mejorar, ya no por nosotros, sino por los niños que vienen a jugar”, explica Gómez, sin esperanzas de que el cambio del equipo de gobierno se traduzca en un aumento de las inversiones en las instalaciones del municipio.

Líneas deterioradas del campo de fútbol antes de su arreglo 
Img: Club Inter de Valdemoro

Solicitan que se proteja todo el perímetro para evitar golpes, se repare la red que sujeta la portería, se arregle el riego y se ponga solución a la falta de agua caliente en varios espacios. “Imagínate la imagen que damos como club y como pueblo, teniendo que decir a la gente que viene de fuera que no se puede duchar”, continúa el director deportivo.

Lo que más indigna a ambos directivos es que, independientemente de los desperfectos presentes en las instalaciones municipales, cada temporada tienen que pagar cerca de 17.000 euros por usarlas, sin conserje encargado de su vigilancia, apertura y cierre —hay una persona del club que cumple voluntariamente con estas labores— y existiendo en otras localidades del entorno convenios y cesiones a los conjuntos locales.

“Yo cuando llegué aquí quería tener los equipos para poder entrenar tres días a la semana. Aprendí que al Ayuntamiento no le importaba que tuvieses un conjunto en buena categoría, que daba los espacios según el número de equipos. Si tienes 27, como tenemos, pues 27. Y así”, expresa Gómez, describiendo a Valdemoro como “el huerto” de la zona sur de Madrid. “Hay un gran nivel de deportistas que no tienen el respaldo político que merecen. En cuanto crecen, se van porque aquí no tienen las instalaciones adecuadas o el tiempo suficiente para entrenar”.

Independientemente de las dificultades económicas que han podido atravesar, al no recibir ayuda municipal alguna y tener que pagar por entrenar en el campo, en el club siempre han tenido claro que ningún niño se puede quedar sin jugar. Cuentan con descuentos para familias numerosas y evalúan personalmente la situación de cada familia. “Sus hijos tienen que venir a entrenar y eso no es negociable. Antes teníamos psicóloga, nutricionista, fisio… Son cosas a las que hemos tenido que renunciar porque no tenemos con qué pagarlo”, aseguran los miembros de una directiva a la que se le hace “muy duro” tener que pedir colaboración y patrocinios a las empresas del pueblo.

Andrés Gómez y Casildo Portugués, frente a la sede del Club Inter de Valdemoro.

Sin instalaciones para los cinco clubes de fútbol

Valdemoro cuenta en la actualidad con cinco entidades dedicadas al fútbol base: el Club Inter de Valdemoro, la Escuela Municipal de Fútbol, el Ívero, el Valdemoro Club de Fútbol y la Escuela Miles. “Acumulamos unos 3.000 niños entre todos e intentamos que el reparto de espacios sea ecuánime”, sostiene Gómez, consciente de que a la escasez de instalaciones se suma la circunstancia de que todos los equipos quieren la misma franja horaria.

Las condiciones obligan a que el conjunto absoluto del Inter, que esta temporada milita en Primera Regional, entrene en medio campo. “Si todavía tuviese mayores dimensiones, pero es que al final ves a adultos jugando en una superficie de unos 40 metros cuadrados”, lamenta el director deportivo. “Es lo mismo que nos pasó cuando subimos con el juvenil a Primera División Autonómica. Era inviable que estuviésemos entrenando en medio campo, dos días a la semana, para competir con el Getafe, el Fuenlabrada, el Atleti… Lo mínimo es contar con los mismos medios”.

Cualquier otro club hubiese decidido abandonar en lo que parece una lucha constante por salir adelante, pero Portugués está decidido a seguir apostando por la mejora y el crecimiento del proyecto deportivo que empezó a dar sus primeros pasos cuando él tan sólo era un chaval. Sin ir más lejos, el presidente tiene en mente volver a contar con un equipo femenino tras la gran repercusión que la victoria mundial de la selección ha tenido en la sociedad. “Ya tuvimos un conjunto formado por jóvenes de Valdemoro, Parla, Pinto, Aranjuez… Pero nos costaba mucho encontrar a jugadoras”, explica, recordando que la portera del DUX Logroño, Natalia Expósito, llegó a portar la camiseta del Inter en sus inicios como jugadora.

Fiesta y exposición de aniversario

Para celebrar su cuarenta aniversario, el Club Inter de Valdemoro ha organizado una fiesta el viernes 13 de octubre en la sala The New. Los asistentes disfrutarán de un tributo a Joaquín Sabina, a partir de las 22.00 horas, y de sesiones DJ de música de los años 80 y 90.

Las entradas, a 12 euros con consumición, se pueden adquirir con antelación en la sede del club en la calle Febo, 3. “El Ayuntamiento nos dijo que iba a colaborar, pero al final resulta que no puede”, apuntan los directivos, conscientes de que esta es una muestra más de la falta de apoyo institucional al deporte base.



El club también ha solicitado contar con el espacio de exposiciones del centro comercial El Restón, para poder exhibir una muestra de fotografías del 2 al 9 de noviembre, invitando a sus vecinos a realizar un recorrido en el tiempo por las idas y venidas de un equipo que espera poder celebrar, en el 2063, otros 40 años más de historia.








Fuente: zigzagdigital.com

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