“No éramos favoritos, pero teníamos una plantilla con posibilidades. El año pasado, cuando la liga se paralizó por la pandemia, íbamos primeros”, explica su entrenador, Fernando Maqueda, que lleva dirigiendo al equipo valdemoreño desde hace cuatro años.
Quimeras de Valdemoro llegó a la 'final four' tras quedar primero en su grupo, en el que se enfrentaron a los conjuntos madrileños y catalanes. Se clasificaron así junto al Majadahonda, segundo de grupo, para disputar el título contra las mejores plantillas del grupo de la zona norte, que resultaron ser la del Huarte y la del Jaca.
Los jóvenes de las Quimeras se colgaron el oro al cuello tras haber superado a sus dos rivales. El resultado de la final contra el Jaca fue un 4-1 para los de Valdemoro, con parciales de 0-0,3-1,y 1-0. El capitán, David Martínez, fue el encargado de recoger una copa que ya se veía alzando “sí hacían las cosas bien frente a un muy buen equipo”.
El preparador empezó a entrenar a equipos de hockey hielo en Boadilla del Monte, de donde vino hace cuatro años para empezar a trabajar con los jóvenes de Valdemoro. Le acompañaron algunos de sus jugadores, como David Martínez, quien empezó en este deporte hace más de cinco años. “Comencé a practicar hockey después de haber visto un día un partido en Majadahonda que me gustó”, comenta.
Al joven de quince años le acompañan otros 21 en la plantilla, a los que se suman los 4 porteros. Casi todos son de la Comunidad de Madrid, de Valdemoro, de las localidades de los alrededores y de algunas algo más alejadas. Conforman un equipo mixto, en el que los mayores son de la quinta de Martínez. La siguiente categoría que les corresponde es la de Sub-18.
“Tenemos grandes jugadores, gente que destaca, pero en general es un equipo bastante homogéneo. No le cerramos las puertas a nadie”, explica su entrenador. Las plantillas de hockey hielo son mixtas hasta Sub-18, momento en el que “ya están permitidas las cargas, por lo que hay más contacto y cuerpo” y es responsabilidad del entrenador valorar si una chica debe o no jugar contra chicos.
Este año ha sido complicado para el equipo de Valdemoro, pues a las restricciones por coronavirus se han sumado los problemas en su pista provocados por la borrasca Filomena. La canalización se rompió e inundó la sala de máquinas que, como explica Maqueda, “es de lo más caro de la pista”. La solución fue, tras un largo parón marcado por los entrenamientos en casa, una mini reforma con la que se han apañado en estos últimos meses. Esto ha supuesto un golpe más para un deporte que “es bastante minoritario y caro”, pero que en Valdemoro tiene cantera y futuro.
Fuente: zigzagdigital.com
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